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Desde la Conquista de Mallorca

Grabado mediaval de la conquista de Mallorca. Rey Jaime I

Las tierras de Son Sureda Ric pertenecieron a la porción   Alquería de Sa Sínia que el Rey Jaime I donó a su caballero Nuno Sanç , trasla conquista de Mallorca (1231). Éste inició un proceso de división de la alquería.

 

Las primeras noticias de los Sureda como propietarios de la “possessió” datan de 1471. En Octubre de 1478, Bartomeu Sureda reparte la finca entre sus dos hijos y queda así dividida en Son Sureda Pobre y Son Sureda Ric .

 

La línea masculina de los Sureda de Son Sureda Ric se extinguió en 1759, por donación de Guillem Sureda a su sobrino Llorenç Más. De estas fechas data también la reforma de las edificaciones, cuya apariencia y estructura interior y exterior se ha mantenido hasta la actualidad.

 

En 1828, Jaume Más (hijo de Llorenç) mandó construir la capilla para su hijo Juan Más (Padre Julián), que en 1826 tomó el hábito del Patriarca Santo Domingo en el convento de Manacor. Esta familia pasaba por una de las más partidarias de D. Carlos. Por lo cual, no es de extrañar, que en la intentona carlista del 35, el Padre Julián, fuera contado entre los implicados. Para huir de los enemigos se escondió en Son Sureda hasta que, viendo que no podía continuar, huyó improvisadamente para tomar un barco rumbo a Cerdeña, de donde no regresaría jamás.

 

La propiedad fue dividiéndose con el paso de los años y generaciones, hasta que en 1951, el matrimonio Morales-Santandreu (Manuel y Petra) adquirió la finca, de 40 hectáreas, que incluía las primitivas casas, capilla y viña de la “possessió”. Son Sureda Ric es actualmente propiedad de su hija, Mª José Morales. 

Família Jara Morales en la finca Son Sureda Ric

Mª José Morales (de rosa en el centro) con su marido Miguel Jara, sus hijos Javier (actual responsable de la bodega), Víctor y Marisé, su yerno Rafel Timoner y su nuera Carme Llinàs.

Abre una puerta a otro tiempo

Desde la Edad Media hasta nuestros días, el tiempo ha traído grandes cambios para todo el mundo excepto para Son Sureda Ric. Aquí todo permanece igual, aunque sólo las gastadas piedras de nuestros muros son verdaderos testigos de ello. Son Sureda Ric se ha convertido en un paréntesis de historia que se mantiene viva en la era de la electrónica. 

Las tierras de Son Sureda Ric pertenecieron a la porción  Alquería de Sa Sínia que el Rey Jaime I donó a su caballero Nuno Sanç, tras la conquista de Mallorca (1231). Éste inició un proceso de división de la alquería. Las primeras noticias de los Sureda como propietarios de la “possessió” datan de 1471. 

Según el archivo histórico del Ayuntamiento de Manacor en el año 1856 la finca contaba con una extensión de 4,5 hectáreas de viñedo. La uva se utilizaba para la elaboración de vino en la propia finca, ya que las edificaciones contaban con un “cup” (lagar) donde fermentar el mosto y el “celler” (sala de guarda) para almacenar el vino en depósitos de madera. El lagar y la bodega son lugares especialmente silenciosos y contrarios a los cambios. Conservan el aspecto de antaño y abrigan el mismo ambiente de cuando fueron construidos en losas de piedra y “marés”. A lo largo de los siglos, bodega y lagar han mantenido unas condiciones de temperatura y humedad singulares: siguen albergando en sus muros las esporas de levaduras que consiguen fermentaciones espontáneas en el vino que se elabora en su interior. 

 

En la actualidad la elaboración vinícola de Son Sureda se centra en la producción de vinos tintos a partir de las variedades Callet, Tempranillo y Cabernet Sauvignon. La producción es reducida (unas 10.000 botellas al año) ya que la actividad de la bodega se lleva a cabo en las salas originales (siglo XVIII), de tamaño limitado, que no estaban diseñadas para un uso industrial. 

Fuente con esculturas del S.XII de la finca Son Sureda Ric
Antiguo arado de la finca Son Sureda Ric
Certificación ecológica

En el año 2000 se inicio el proceso para la certificación de la finca  como de Producción de Agricultura y Ganadería Ecológicas. En realidad la consecución de la certificación no supuso grandes cambios ya que la gestión de las tierras y ganado se venía haciendo en régimen extensivo y con un uso muy reducido de productos fitosanitarios y abonos químicos. El viñedo, ubicado en su totalidad dentro de la finca, ocupa una superficie de 3 hectáreas y se trabaja siguiendo las normas UE de agricultura ecológica. 

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